Uno tiene que pagar por todas las cosas de este mundo.
Nada hay gratuito excepto la gracia de Dios.
Mattie Ross, Valor de ley.
No pagaría trescientos veinticinco dolares
ni por el mismísimo Pegaso alado.
Mr. Cogburn: Si, señor. El otro tenía un hacha.
Mr. Goudy: ¿En que dirección iba?
Mr. Cogburn: Cuando retrocedo, siempre voy para atrás.
Si alguna vez me encuentro con un texano que no
me diga que a bebido de la pisada de un caballo,
creo que le estrecharé la mano y le daré un
cigarro Daniel Webster.
-Pensé que quizá era que el sol te daba en los ojos-comentó
LaBoeuf-. O, mejor dicho, en el ojo.
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